En 1968 el arquitecto almeriense Francisco Langle Granados proyecta esta iglesia situada en la avenida de Motril y en la plaza de El Solanillo de este poblado del INC que proyectó y construyó, bajo el nombre de El Solanillo, y cuyo arquitecto es el mismo Langle.
Este templo emana ya de las directrices del Concilio Vaticano II (1962-1965), por lo tanto su planta cumple la función de acercar la liturgia a los fieles, descartando las plantas basilicales. Está formada por tres triángulos alargados configurando una planta en forma de abanico y en su vértice se dispone el presbiterio. Se accede a través de un porche que en su pared exterior tiene un mural cerámico con motivos bíblicos. En la parte superior de la fachada de acceso se encuentran unas vidrieras de hormigón que van a dar luz al templo junto con la vidriera del presbiterio que está a menor altura del suelo.
En un principio la torre-campanario que se iba a construir era un elemento de gran esbeltez con forma de prisma piramidal formada por una escalera de caracol rodeada de cuatro pilares y rematada por una ligera celosía con cuatro hendiduras en el centro de las caras con la finalidad de iluminar el habitáculo. Ésta se iba reduciendo conforme iba aumentando en altura, lo que hubiera dado una nota distintiva a un poblado de colonización, pero este proyecto se encontró con la negativa del Jefe del Servicio de Arquitectura de Madrid, aunque esto es una conjetura que no se ha podido demostrar. Lo que sí se puede demostrar es que la torre-campanario de Langle no fue construida y en su lugar se construyó la actual torre de carácter más tradicional del arquitecto Manuel Jiménez Varea. Los nuevos planos son de julio de 1970 y la construcción termina en 1972. La torre actual se encuentra anexa mediante un porche que ha sido cerrado a la nave del templo, mientras que los planos de Langle proyectaban una torre como un elemento aislado.
Antonio M. Suárez será el encargado de las vidrieras situadas en el presbiterio, fachada principal y en los laterales, así como del mural cerámico de la fachada con motivos bíblicos. El vía crucis cerámico es de Julián Gil Martínez y el bajorrelieve de El Bautismo de Teresa Eguíbar Galarza.