LOS ESPACIOS LITÚRGICOS DE LA INICIACIÓN CRISTIANA
INTRODUCCIÓN
El espacio destinado a las celebraciones litúrgicas forma parte de nosotros mismos, como expresión de nuestra corporeidad; está impregnado de nuestra experiencia litúrgica, de tal forma que los lugares de la celebración son el «icono espacial» de nuestra fe y de la teología litúrgica.
El espacio celebrativo ha sido organizado y distribuido en cada época histórica de acuerdo con las necesidades litúrgicas y espirituales de la Iglesia.
Pero su importancia no es sólo funcional, sino que se basa también en su simbolismo, porque los espacios litúrgicos están al servicio del pueblo de Dios y favorecen la expresión de su fe y la celebración del misterio de nuestra redención y la presencia de Cristo. Por eso la Iglesia recomienda siempre el cuidado del espacio celebrativo en su construcción noble y bella con materiales auténticos, en su sobriedad y sencillez, en sus formas, y en su limpieza y decoro, que reflejan el amor de la Iglesia hacia su Señor.
ESPACIO BAUTISMAL
BAPTISTERIO
Antiguamente la pila del bautismo se encontraba a la entrada de la iglesia, en una dependencia distinta a la nave central, que con toda razón, se llamaba baptisterio. Con el Concilio Vaticano II se modificó este espacio e incluso este rito y se colocó al lado del altar mayor, muy cerca de él, para que todos los asistentes presencien, vean y participen en el acto y la liturgia del sacramento del bautismo. El hecho de estar colocada en lugar destacado en la iglesia, ha permitido que se las contemple mejor y que también se las admire más.
La capilla del baptisterio o bautismo se encuentraba en los pies de la nave central, al entrar por la puerta a mano derecha. En dicho lugar ya no se encuentra la pila bautismal, ya que ha sido traslada al crucero en su parte derecha, cerca del altar menor y del altar de San José con el niño.
PILA BAUTISMAL
La pila bautismal es propia de los bautismos por infusión. Es única y fija. Es de mármol blanco.
CAPILLA DEL BAPTISTERIO
Tras el traslado de la pila bautismal al transepto de la iglesia, esta capilla alberga tres imágenes y el confesionario para el sacramento de la reconciliación o penitencia. Las tres imágenes que contiene es el Santísimo Cristo del Perdón, el Cristo Yacente en el Santo Sepulcro y otra imagen de la Virgen del Rosario de época más reciente. Esta imagen de la Virgen del Rosario estuvo colocada durante bastante tiempo en el centro del retablo mayor, donde se encuentra la actual imagen de la Virgen del Rosario, que fue adquirida el 25 de enero de 1940.
CIRIO PASCUAL
Está presente al lado de la fuente bautismal; recuerda el misterio pascual de Cristo, vinculado al bautismo.
ESPACIO DE LA CONFIRMACIÓN
No hay un espacio propio para este sacramento, pero sí conviene recordar la importancia que tienen los recipientes de los óleos y el santo crisma, comúnmente llamados «crismeras».
ESPACIO EUCARÍSTICO
En el espacio litúrgico de la eucaristía hay que distinguir el lugar reservado al presidente de la celebración y otros ministros, que es el presbiterio, y el lugar ocupado por el resto de la asamblea, el aula eucarística o nave de los fieles.
El presbiterio aunque está destacado por su altura o configuración, es un espacio unitario con la otra parte del aula eucarística, que es la nave de los fieles. No existe separación con la asamblea, se favorece la comunicación, visibilidad y audición de todos. Su distinción no se debe a privilegio y honor, sino a la significación del ministerio. En el presbiterio se sitúa el altar, la sede presidencial y el ambón.
El aula eucarística o nave de los fieles, unida al presbiterio, se concibe como un espacio unitario, en el que no se divide o separa a la asamblea en lugares apartados y diferentes. Todos los fieles asistentes a la celebración deben pueden verse cómodamente.
La reforma litúrgica del Concilio Vaticano II no recomienda el capillismo sino el espacio unitario de toda la asamblea eucarística. Pero sí recomienda una capilla diferenciada para la reserva de la eucaristía en un sagrario de material duradero, digno y bello, que permita la reserva y adoración eucarística.
Debido a la estructura de la iglesia, no es posible esta capilla para colocar el Sagrario en un lugar reservado. El Sagrario o tabernáculo se sitúa en la parte central del retablo, justo debajo de la imagen de la Virgen del Rosario. El Sagrario que es dorado se encuentra entre dos columnas de mármol verde y en su parte horizontal dos piezas de mármol amarillo, tanto en la parte superior como inferior del habitáculo que aloja al tabernáculo.
La asamblea está «unida» y «reunida» en torno al:
altar, que representa a Cristo Sacerdote y expresa la misión de santificar;
ambón, que representa a Cristo Profeta y la misión de anunciar el Evangelio y la enseñanza de la fe;
sede, que representa a Cristo Pastor y la misión del servicio (diaconía) de la presidencia litúrgica y de la caridad.
ALTAR
Es el ara del sacrificio de la cruz del Señor. El ara vincula la celebración eucarística al misterio pascual del Señor; por eso la presencia de las reliquias de los mártires o santos (actualmente no obligatoria) vincula el sacrificio del Cuerpo de Cristo, que es la Iglesia, al sacrificio de Jesucristo, su Señor.
Es mesa del Señor que invita a todo su pueblo al banquete festivo de su Pascua.
Es centro de la acción de gracias de todo el pueblo, que eleva a Dios su oración invocando la bendición y suplicando la santificación.
El altar es único y fijo; es de piedra y su tablero de forma rectangular. Su pie es de mármol amarillo.
AMBÓN
Es el lugar de la celebración de la Palabra. Es único y fijo, no un mueble móvil. Combina el mármol verde con el amarillo, estando en armonía con el retablo y demás elementos de la iglesia, como el altar, el retablo o el espacio que alberga al Sagrario. Además en el suelo, el cual es de mármol blanco, encontramos mármol verde que crea armonía con los otros elementos litúrgicos, o con el borde de la pared del altar mayor, el cual es una franja del mismo color verde que el mármol utilizado.
SEDE
No se trata solo de una siento funcional para el descanso del presidente. La sede tiene una especial significación simbólica, pues el presidente ocupa el lugar de Cristo.